- ¡Eh! – Exclamó Neika a sus espaldas señalando – ¡Hay quedan dos!
- ¡Aparta de ahí, uno de esos carros es mío! – Dijo una voz fría y malhumorada a sus espaldas, que, al pasar; chocó contra Harry que lo tambaleó un poco.
- ¡Malfoy... Idiota! – Gritó Ron.
Pero Neika, salió corriendo. Aquel chico de pelo rubio llegó al mismo tiempo que ella al carro e intentaron subirse, empujando el uno al otro hasta que Draco subió.
- Estúpido – Exclamó Neika, mientras que Malfoy se quedaba quieto.
Todos abajo estaban algo perplejos, pero Ron aplaudía con alegría; a lo que a una estricta mirada de Hermione paró sus palmadas y su felicidad.
- Hay que tener cuidado... Neika está todo el día metida en peleas – Susurró Vivienne.
- ¿Estúpido? ¿Tú me vas a llamar estúpido a mí? – Preguntó con sarcamo sentándose, mientras se volteaba a mirar a Neika.
No sabía porque, pero esa chica tenía algo especial. Sus ojos de un color oscuro, casi negro; y un mal genio y carácter en su mirada.
- Bu... Bueno... – Tartamudeó Malfoy - ¿Quién eres?
Harry se extrañó desde abajo, ‘¿Quién eres?’ de Malfoy era más propio decir ‘¿Quién diablos eres?’.
- Neika Black y... ¿Te importa mucho? – Preguntó con desdén e ironía – Todos no cabemos en ese carro de ahí – Señaló el carro – Así que creo que te vas a tener que aguantar y no vas a ir solito.
¿Sólo? Es verdad. Ninguno se había dado cuenta pero Malfoy no estaba ni con Crabbe, ni con Goyle, ni con Parkinson.
- ¿Eres de...? – Comenzó - ¿Slytherin?
- Sí ¿Y qué? – Respondió añadiéndole un toque más de enfado a su tono.
- Na... Nada... Yo soy prefecto de esa casa – Comentó casi en susurros.
- ¿Ah sí? ¡Enhorabuena! – Exclamó con bastante sarcasmo – Yo soy de Salem y me importa 20 colas de dragón de donde diablos seas y quién seas.
Harry rió por lo bajo, pero a Ron le salió una fuerte carcajada de la que no pudo reprimirse, mientras Draco le fulminaba con la mirada desde el carro.
- ¡Oh! – Exclamó Neika acercándose por la parte delantera y acariciando algo... - ¡Qué bonito Thestral!
Harry se asombró, Neika veía a los Thestral... Quería decir que había visto y asimilado la muerte de alguien. Todos los demás se la quedaron mirando con cara extrañada... Nadie sabía qué diablos estaba haciendo.
- Bueno – Dijo tras dejar de acariciar a esa criatura y subió al carro junto a Malfoy y rápidamente su cara de enfado hacia él, se convirtió en una agradable y amplia sonrisa - ¿Quién se viene conmigo?
- Yo... misma – Respondió Hermione alzando la mano y Neika le devolvió una sonrisa.
- ¿Qué? – Exclamó Ron en un susurro - ¿Te vas a ir con Malfoy?
- No, voy por Neika – Respondió cortante – No quiero que le pase nada malo, además es nueva y algún prefecto debe de mostrarle todo y decirle como van las cosas, y no me fío de Malfoy... Además como tú eres tan GENIAL prefecto – Sus palabras sonaron forzadas – Les explicarás todo a ellos.
Hermione señaló a Katherine, Vivienne, Robert y Lucian.
- ¡Luego nos vemos! – Se despidió mientras se subía al carro y dejaba atrás a sus amigos.
Ambas chicas se giraron y vieron que sus compañeros ya se estaban montando el carro y camino a Hogwarts.
- Bueno Neika – Comenzó Hermione mientras se giraban las dos para mirar hacia delante – Supongo que eres nueva y no sabes muy bien el funcionamiento de Hogwarts.
- No, no te preocupes – Respondió con una sonrisa – La profesora Mc...Gonagall creo, o algo así... Me envió una carta explicándome todo.
- Oh, genial – Dijo.
- Oye Hermione... ¿Sabes quién es el capitán del equipo de Quidditch de Slytherin? – Preguntó interesada.
Hermione no contestó, sólo hizo una mueca.
- Yo – Susurró fríamente Malfoy quien estaba frente a ellas y estaba escuchando toda la conversación que ambas mantenían.
- Malfoy, estamos hablando nosotras, no te metas – Le espetó con un toque estricto.
- ¿Y yo te he hablado a ti, sangre sucia? – Preguntó con desdén.
Hermione hizo una mueca de dolor, pero no hizo nada. Neika se levantó rápidamente y le dio una bofetada a Malfoy. Éste se quedó hacia un lado y con la mano puesta en su cara. Se levantó en señal de desafío y se puso a unos milímetros de ella, la miró fijamente a los ojos.
Neika radiaba rabia y carácter por sus ojos, como si no temiera a Malfoy. Éste se quedó un rato mirándole fijamente a esos ojos... esos grandes y hermosos ojos que lo miraban con un horrible desdén, aunque sin embargo, no había visto a Neika tan de cerca como ahora y le pareció muy hermosa.
Malfoy vaciló durante unos segundos pero se sentó rápidamente, mirando hacia un lado, ahora sí; ignorándolas.
Hermione se fijó en la cara de Malfoy, Neika le tendría que haber pegado bien fuerte, pues tenía toda la cara roja y su mano señalada.
- Nei... Neika... – Comenzó Hermione asustada – No... No tendrías que haber hecho eso... No se puede agredir a un alumno...
- ¿Pero sí se le puede insultar? – Preguntó con algo de enfado refiriéndose a ella, como regañándole por no saberse defender o no haber sacado más carácter.
- No... No es lo mismo – Se excusó entrecortadamente.
- ¡Ya estamos llegando! – Exclamó Neika poniéndose en pie y admirando Hogwarts con un cierto aprecio y alegría de estar allí.
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{En mi historia Dumbledore NO está muerto xD}
Al entrar al Gran Comedor no había 4 mesas como siempre para los alumnos, esta vez había 5. Sobre cada una de ellas había el escudo de las casas de Hogwarts y en la última había un gran escucho que decía: Escuela de Brujas de Salem. La mesa de los profesores estaba donde siempre, al final de la gran sala.
- Creo que nosotros vamos allí – Comentó Katherine señalando la mesa que estaba bajo el escudo de su escuela.
- Sí, vamos – Respondió Lucian.
- ¡Luego nos veremos! – Se despidió Robert.
- ¡Adiós! – Dijo Neika alegremente.
Los Salem se sentaron todos en la misma mesa. Había muchos más alumnos aparte de Neika, Katherine, Vivienne, Robert o Lucian. Alumnos que jamás había visto, y que este año, compartiría con ellos sus clases.
Las otras 4 mesas de Hogwarts estaban casi vacías, era de esperar, que si venía gente de Salem de intercambio se fuera gente de Hogwarts a Estados Unidos.
Harry miró la mesa de Slyherin. Draco estaba sólo. Al parecer, pensó, Crabbe, Goyle y Pansy se habrían ido de intercambio a Estados Unidos; por eso Malfoy estaba mucho más enfadado y malhumorado que de costumbre con ellos. Se había quedado sin sus ‘queridos amigos’.
- ¿Sabéis lo que ha pasado en mi carro cuando iba con Neika y Malfoy? – Comenzó Hermione intrigando su voz.
- ¿Qué? – Preguntó Ron.
- ¡Neika le ha pegado a Malfoy! – Exclamó exaltada por la hazaña que había hecho ésta chica.
- ¿QUÉ? – Saltó Ron mientras su cara lucía una agradable sonrisa.
- ¿Por qué lo ha hecho? – Agregó Harry.
- Es que me llamó... – Murmuró Hermione entristeciendo su voz - ... sangre sucia.
- ¡Se lo tiene merecido! – Chilló Ron mientras sonreía en señal de satisfacción.
- Pero es que Malfoy... No pudo hacerle nada, es como si Neika tuviera algún poder especial o algo sobre él, se quedó callado como aceptando su ‘derrota’ – Los tres amigos, ya sentados en su mesa, miraron hacia la mesa de los Salem por aquel comentario que hizo Hermione sobre ‘poder especial’... Quizá cuando se enfurecía sacaba algo de su interior, pensó Ron. Pero la chica estaba alegremente hablando y riendo.
- No sé... Tiene demasiado carácter para ser una chica – Comentó Ron.
- ¿Qué? ¿Por tener ese carácter es demasiado para una chica? – Repitió Hermione incrédula.
- Sí... es decir... – Se intentó explicar.
- ¡Eres un machista, Ronald! – Se quejó ella.
- ¡Ey! No me llames así... – Exclamó – Y no lo soy.
- Sí, lo eres – Le apoyó Harry, burlonamente – Ahí te has pasado.
Hermione fulminó a Ron con la mirada y miró hacia el director, que con los brazos abiertos, pedía silencio.
- Silencio, alumnos, por favor – Pedía amablemente con una sonrisa – Bien, creo que algunos habréis notado que falta gente de Slytherin, Ravenclaw, Hufflepuff y Gryffindor y que hay nuevos alumnos. ¡¡Quisiera darles la bienvenida a los alumnos de
El Gran Comedor aún estaba en silencio. Dumbledore carraspeó.
- Bueno... Este año tenemos un profesor nuevo de Defensa Contra las Artes Oscuras... Demos la bienvenida al profesor Adam Norrison, que viene desde las tierras de Irlanda.
Un hombre de alta estatura, pelirrojo y con los ojos oscuros se levantó y saludó a todos con una amplia sonrisa. Hubieron unos cuantos aplausos.
- Gracias Dumbledore – Respondió con una pequeña reverencia. Este la aceptó afirmando con la cabeza.
- Bien... Y ahora – Continuó Dumbledore – ¡¡A CENAR!!
Los platos se llenaron con todo tipo de manjares. Había carne, pescado e incluso dulces para cenar. Todos los alumnos tenían en su cara un aire de alegría, pues ya estaban hambrientos.
Neika, desde su mesa, miró la comida horrorizada: ella sólo comía alimentos biológicos o comida sana.
- ¡¡NO!! – Exclamó desconsolada.
Pero algo ocurrió, la comida que estaba a su alrededor cambió por verduras, cosas a la plancha y fruta.
- ¿Pero qué...? – Comenzó ésta confusa.
Miró hacia la mesa de los profesores. Dumbledore tenía la varita en su mano y estaba mirando hacia la muchacha. El director le sonrió. Ella, sabiendo que éste le había cambiado la comida, sonrió agradecida mirándolo.
- ¡Bien! – Exclamó feliz mirando hacia la comida - ¡A comer!
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